DIRECTIVA 2013/35/UE DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO del 26 de junio de 2013
La nueva directiva europea define las disposiciones mínimas de salud y seguridad relativas a la exposición de los trabajadores a los campos electromagnéticos.
En particular, define los valores límite de exposición (VLE) que se refieren a los vínculos comprobados científicamente entre los efectos biofísicos directos a corto plazo y la exposición a los campos electromagnéticos.
Estos límites de exposición están relacionados con el nivel de exposición y la frecuencia de los campos electromagnéticos y basados en las recomendaciones de la Comisión Internacional sobre Protección Frente a Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP).
La directiva tiene como finalidad abordar todos los efectos biofísicos directos conocidos y los efectos indirectos provocados por los campos electromagnéticos (efectos térmicos, efectos no térmicos, corrientes inducidas en los miembros, interferencia con equipos y dispositivos electrónicos, etc.)
La directiva no aborda los posibles efectos a largo plazo de la exposición a campos electromagnéticos, ya que actualmente no existen datos científicos comprobados que establezcan un nexo causal. No obstante, prevé que la Comisión tome en cuenta los últimos conocimientos científicos en este ámbito.
Los Estados miembros tienen hasta el 1 de julio de 2016 para efectuar la transposición.