La evolución de las tecnologías de una parte y, nuestras prácticas, usos y costumbres de todos los días, de otra, conducen a la creación de nuevos campos electromagnéticos, a los que estamos expuestos incluso en nuestro domicilio.
Algunas radiaciones provienen del exterior (como aquellas de las antenas o de los transmisores de radio y televisión) pero la mayoría provienen de los aparatos eléctricos y electrónicos que cada uno de nosotros utiliza cotidianamente.