comunicar con las ondas


De la misma manera en que comunicamos con la voz modulando las ondas mecánicas emitidas por nuestras cuerdas vocales, grandes físicos como Hertz, Tesla, Branly y Marconi entendieron que era posible utilizar las ondas electromagnéticas para transmitir información a través del aire.

A finales del siglo XIX, la comprensión del electromagnetismo condujo a dominar la electricidad que ha llenado nuestra vida cotidiana de fuentes de campos electromagnéticos artificiales (o CEM).

Hoy día, en casa, los campos electromagnéticos están presentes en las bombillas, hornos microondas, teléfonos inalámbricos, cocinas de inducción y, por supuesto, equipos Wi-fi y todos los dispositivos conectados a estos.

una banda a parte: Las ondas de radio
Aunque se utilice diferentes tipos de campos electromagnéticos para transmitir información a distancia, los más comunes son las ondas de radio o radiofrecuencias. Se trata de un amplio espectro que va desde algunas decenas de kilohercios a 300 gigahercios. En esta gama, se asigna bandas de frecuencia a cada uso. Esta distribución tiene por objeto garantizar a cada usuario un servicio eficiente y evitar interferencias en las transmisiones y comunicaciones, por ejemplo, para que un walkie-talkie personal no interrumpa las comunicaciones de la policía o de los bomberos.
El dominio de las ondas de radio permitió el nacimiento de la “telegrafía inalámbrica” y después de la radio, de la televisión y de las formas modernas de telecomunicación (transmisores de radio y televisión, enlaces por satélite, redes móviles GSM, etc.)

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¿cómo transportan las ondas de radio la información?
El principio básico es sencillo. Por una parte, un transmisor “codifica” mensajes haciendo variar la amplitud o la frecuencia de la onda, en cierta manera como el código Morse. Por otra parte, un receptor sintonizado a la misma longitud de onda capta la señal y la “descodifica” en la forma deseada: Sonidos, imágenes, datos, etc.
Todos los sistemas de comunicación inalámbrica, desde el mando a distancia de casa hasta el satélite, están basados en este principio, aunque se utilice por supuesto tecnologías cada vez más complejas para codificar estas señales electromagnéticas, mejorar su calidad, aumentar diez veces la cantidad de información o proteger las transmisiones.

Utilizamos las ondas de radio en casi todos los sectores de su vida cotidiana. Por la mañana, las noticias nos llegan por medio de la radio AM y FM, de las notas de informaciones en el móvil, de la televisión; el móvil nos permite pagar nuestros pequeñas compras que ritman nuestra jornada como nuestro café, el pan, los parquímetros por el servicio inalámbrico (NFC), nos permiten alertar en caso de urgencia (policía, bomberos, ambulancia) y, además, aseguran las comunicaciones de objetos conectados gracias a los dispositivos público en general como el Wi-Fi, el Bluetooth, LORA, DECT… y, claro está, las comunicaciones privadas y profesionales. Hoy se han convertido en indispensables.